Pages

martes, 4 de enero de 2011

Los Reyes Magos




La historia siguiente tiene lugar entre las 18.30 y las 21.30 hs.

Tres de Enero y los regalos de Reyes sin comprar. No tengo opción; salto al coche y me dispongo a recorrer los 10 kms que me separan del Centro Comercial y de mis compras.

"Congestión de Tráfico en 5 km". Si es que no me extraña, estos cambios de tiempo no traen más que virus. Giro la curva y descubro que el tráfico, además de estar constipado está imposible. Esto son colas y no las de las 66 gambas per cápita de mi amiga (pero esto es otra historia...).

Me salgo del rebufo en una maniobra que sería la envidia del mismísimo Fernando Alonso y dirijo mis ruedas a otro Centro Comercial. Pijo, es decir, vacío.

Primera vuelta "de reconocimiento". Me encuentro cara cara con Baltasar. Me cuesta reconocerle, está mucho más joven y cachas que el de mi belén. Medito durante unos segundos sobre la posibilidad de sentarme en sus rodillas y decirle cositas al oído.

Segunda vuelta. Empiezo a sentirme mareada y lanzo a Baltasar una mirada angustiada. Hummm... Reyes Magos. Oro, incienso y mirra. Descartado, he oído por ahí que Bob Esponja y Mirra son los regalos más pedidos este año y están agotados.

Tercera vuelta. Regalos. Reyes. Magos. ¡Ya lo tengo! "¡Reyeruuuum Regalobis! ¡¡Zas¡!". Nada, no ha funcionado. Tomo nota mental de volver a ver Harry Potter.

Cuarta vuelta. No encuentro regalos, pero todo no está perdido. Me acerco al Baltasar cachas, a ver si hay suerte y me como un Rosco. De Reyes, claro.

1 comentario:

Bridget dijo...

Jajajaja... simplemente genial!!!;)